El plato que vamos a preparar como aperitivo hoy es un clásico. Nutritivas, sabrosas y baratas, podemos dejarlas preparadas con antelación o congelarlas sin que pierdan ninguna de sus cualidades. Todos son ventajas. Hoy prepararemos una cantidad de 30 unidades que suele ser para seis personas y tardaremos unos 40 minutos en hacerlas.
Nota: Si no os apetece cocinar, siempre podéis probar las croquetas de jamón de Faro Food, hechas artesanalmente en La Marina. Están deliciosas 🙂
Podemos hacer croquetas de casi todo lo que se nos ocurra, pero hoy hemos elegido aprovechar esos últimos trozos de la pata de jamón ibérico que tanto hemos disfrutado todos en casa. De todas formas es un plato tan económico que podemos (y debemos) permitirnos el lujo de utilizar un buen jamón ibérico: se notará en el resultado. Nosotros en este caso hemos elegido el jamón ibérico de Guijuelo Directo porque siempre cumple nuestras expectativas.
Ingredientes
-150 o 200 gramos de jamón ibérico de Guijuelo.
-1 hueso de jamón.
-100 gramos (4 cucharadas) de harina.
-100 gramos de mantequilla o aceite de oliva virgen (o los dos, mitad y mitad) para la bechamel.
-1 litro de leche (quedan también muy ricas si se usan 700 ml de leche y 300 de nata).
-1 cebolla pequeña.
-1 diente de ajo (opcional).
-Sal, pimienta negra y/o nuez moscada.
-Harina, pan rallado y huevo para rebozar.
Pasos
1. Primero pondremos la leche a cocer muy lentamente con un hueso de jamón durante 15 o 20 minutos.
2. Luego picaremos muy menudos la cebolla y el ajo y, en una sartén o cazuela aparte, los pondremos a pochar en el aceite o la mantequilla. Cuando estén tiernos añadiremos el jamón ibérico, rehogaremos muy brevemente y añadiremos la harina. A fuego muy suave para que no se queme la tostaremos un poco (unos 10 minutos) para que no sepa a crudo.
3. A continuación iremos añadiendo poco a poco la leche que habíamos cocido sin parar de remover para que no se formen grumos. Seguiremos removiéndola unos 15 o 20 minutos a fuego lento, salpimentamos y añadimos la nuez moscada al gusto.
4. Cuando la bechamel esté hecha (tenderá a separarse de las paredes de la sartén o cazuela), la pasaremos a una fuente, la taparemos por contacto con film transparente (para evitar que se haga costra en la superficie) y la dejaremos enfriar. Lo ideal sería dejarla en el frigorífico de un día para otro.
5. Una vez fría la bechamel, daremos forma a las croquetas y las pasaremos primero por harina, luego por huevo y a continuación por pan rallado.
6. Por último, las freiremos en aceite bien caliente (para evitar que se abran) y las pondremos sobre papel de cocina para que se absorba el aceite sobrante.
Publica un comentario